ÁFRICA : “LAS VENAS ABIERTAS DE ÁFRICA”.

Eduardo Galeano, uruguayo, periodista en su doble sentido de escritor y viento, vio la realidad social de un continente y destapando las conciencias soterradas del mundo las sacudió y describió:
“LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA”. (1971)
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Ndongo Samba Sylla, economista senegalés y miembro de la Fundación Rosa Luxemburgo de Dakar y Jomo Kwame Sundaram, ex-secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico destapan y agitan algo que parece que no queremos ver:

“LAS VENAS ABIERTAS DE ÁFRICA”. (2022)
Abiertas están y por donde este continente se desangra. ¿Nuestra hipocresía es falta de vergüenza? ¿O ambas cosas y otras más,…? Sensibilidad quedó para las novelas rosa de “amor”. Corrupción moral, saqueo, violación de derechos humanos,…eso son otros amores.
De todo ello somos cómplices nos guste o no, por omisión o por pasar sin ver, por dormir tranquilos, por permitir que nuestros gobiernos miren para otro lado, defiendan y justifiquen a ministros indeseables y situaciones potencialmente criminales e ignoren las causas del porqué más de 2.000 africanos, un día y otro día hacen millones, intentan traspasar una valla o muro.
Nos escandalizamos y peleamos por descubrir si un negro africano murió o no en territorio español, el 24/06/2022 ¡oh! ¡Qué horror! ¡Un muerto en territorio español!
Según Amnistía Internacional (informe de 13/12/2022) en ese intento en Melilla hubo 37 muertos y 77 desaparecidos. Uno al menos en territorio español.
Pero no murió en territorio español, dice un ministro moralmente corrupto (como mínimo). Eso es lo que importa y nos limpia, sea verdad o mentira. Sucede como en muchas opiniones que es mentira.
Pero debemos estar contentos y con nuestro honor limpio y salvo.
¿Solo murió uno? Y había tantos, y estaba fuera de nuestro territorio.
Nadie lo cree y nuestro ministro pide ayuda, el gobierno ¿? ni le retira ni, ni, ni. Ni se inmuta.
En 1618/1621 Juan Ruíz de Alarcón escribió y se representó con gran éxito la comedia: “La verdad sospechosa”. Intentaremos una parodia de una escena del acto tercero, en que haremos que el galán embustero Don García se transforme en Ministro y la bella Jacinta en la Portavoz del gobierno:
Ministro. Por qué no creerán lo del muerto/ Si juro que es verdad.
Portavoz: Porque si os digo verdad /no se os tiene por verdadero
Ministro: ¡Ésta es verdad vive Dios!
Portavoz: Hacedle vos que lo crea / ¿Qué importa que verdad sea,/ si el que la dice sois vos?/ Que la boca mentirosa/ incurre en tan torpe mengua, /que, solamente en su lengua/ es la verdad sospechosa.
No es necesario convencer a nadie. El 23/12/2022, la Fiscalía archiva la investigación ya que “no puede concluirse que la actuación […] incrementara el riesgo para la vida […]….
Quién sabe si no fue esta la única forma que encontraron estos emigrantes para escapar de su destino y “pasar a mejor vida”. Seis meses son los necesarios para olvidar a unos cuantos africanos muertos y según donde mueran así vale su vida.
Según los informes de ACNUR los números de las personas migrantes en el mundo crece sin cesar y lo determinante de esta situación no es el aumento de la populación mundial, si no el aumento de la miseria y de las diferencias económicas. Está demostrado que cabemos todos los habitantes actuales y más, y con una vida digna si los sistemas político sociales fueran más justos. Evidentemente los cambios climáticos, las catástrofes naturales, como los temporales, terremotos, erupciones volcánicas, etc., influyen, pero sucede que en todos estos aconteceres “naturales”, tiene gran responsabilidad creativa la actividad del ser humano. El “Humanus Asinus Maximun”.
Nunca mejor aplicado el “mal de muchos consuelo de tontos”.
Efectivamente es un mal mundial pues la voracidad del sistema imperial del capitalismo es mundial. No es solo un problema de los países del sur de Europa y su relación geográfica con el continente africano, y no son solo los miles que llegan a las fronteras donde mueren apaleados, asfixiados o directamente asesinados. Muchos son los miles de muertos contabilizados, en el mar, y en las democráticas fronteras a las que llegan por necesidad. Muchos miles más son los “desaparecidos”.

Para “consuelo moral” de los “hipócritas civilizados”, tienen suerte los que sobreviven y llegan a un “destino” (¿qué es destino?), si comparados a aquellos que quedan en el país originario, o con los refugiados, o con los muertos en el intento.
Dejamos para otro día el asunto muros y vallas, desde el condenable y opresor muro de Berlín, que se calculan por fuentes occidentales, un máximo de 140 muertos, entre 1961 y 1989.
La comparación con los “protectores muros democráticos” de hoy no es muy halagüeña para nuestros muros civilizatorios. Actualmente tenemos más de setenta y lo que era una vergüenza se ha transformado en magnifico negocio, algo parecido a los “pactos militares defensivos”.

Volvamos a África e intentar conocer las razones del por qué “nos invade”.
No soy historiador, por ello las ausencias que serán encontradas en este texto espero sean disculpadas. Libros de historia de África hay varios y escritos por buenos historiadores que están a disposición de los interesados. Sucintamente algunos datos:
África, es el continente más joven, su media de edad 20 años, le siguen América Latina y Asía, 31/32, Oceanía y América del Norte 33/35 y Europa 43. Media de edad, no confundir con esperanza de vida.
Es el tercer continente en tamaño y el primero en número de países 55. Y casualmente el mapa de este continente llama la atención por la división de las fronteras que conforman los diferentes países. Sus fronteras, fueron trazadas más o menos geométricamente (reuniones en Londres, Bruselas, París,…) para comodidad de los colonizadores y sin tener en cuenta las diferentes etnias, culturas, idiomas… que conviven en el continente. Consecuencia de ello es el que tiene la mayor cantidad de conflictos armados dentro de un mismo país y entre los limítrofes. Algo sintomático y llamativo a día de hoy es el hecho de que en todos los países de África se hablan lenguas no autóctonas como el inglés, el francés, el español, el portugués o el holandés.
África, es el continente más rico en recursos naturales en su subsuelo, tiene un tercio de las reservas minerales del mundo y posee más de sesenta tipos diferentes de minerales, por ejemplo: un 90% de las reservas de platinoides; un 80% del coltán; un 60% del cobalto; un 70% del tántalo; un 46% de las reservas de diamantes; y un 40% de reservas auríferas. Tiene petróleo, gas y abundancia de rodio, paladio. iridio, oro, platino, etc…
Las recientes descubiertas de tierras raras en Burundi, Namibia y Tanzania con el proyecto de Ngualla, considerado uno de los más grandes y de mayor grado de desarrollo en el mundo, de extracción del neodimio y praseodimio
África, posee el 24% de las tierras cultivables del mundo y solo produce el 9% del consumo agrícola mundial.
Y ahora veamos.
El número de personas que padecen hambre en África está aumentando más rápido que en cualquier otra región del mundo. En 2030, Según las previsiones de la FAO se convertirá en la región con el número más elevado de personas subalimentadas.
433 millones de personas en el continente pasarán hambre. Solo en África subsahariana, la región con peor pronóstico, 52,4 millones de niños sufrían retraso en el crecimiento en 2019 y 23 millones de niños iban a clase con hambre. Según el último informe de la ONU sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, el número de hambrientos ha crecido en los últimos tres años hasta alcanzar los niveles de hace una década. La FAO cifra en 821 millones el número de personas que padecen hambre en el mundo. 151 millones de niños sufren retraso del crecimiento. Según datos de este organismo: dos tercios de las personas que sufren desnutrición aguda están en solo ocho países, cinco de ellos en África: República Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria, Sudán del Sur, Sudán, tres en Asia Yemen, Siria y Afganistán.

Qué ha pasado en los últimos cincuenta años, desde que más o menos se inventó aquella falacia de la “ayuda al desarrollo”, política que fue inventada cuando al capitalismo se le hacía agua el negocio.
Nació para engañar y aplacar de una manera ineficiente un creciente descontento y se desarrolló una gran industria manejando enormes recursos económicos a través de gobiernos, corporaciones, multinacionales y hasta ONGS, todo dominado por la corrupción, donde al final, los supuestos beneficiarios, el pueblo cual fantasma imaginado, ya no sigue igual, con el aumento de la miseria. Fueron grandiosos proyectos, que solo generaron y aumentaron la riqueza para quienes ya la controlaban.
Ante tal ineficiencia recientemente se cambió la palabra “ayuda al desarrollo” por “cooperación para el desarrollo” una expresión, quizás políticamente más correcta, pero socialmente igual de mentirosa. Se hace hincapié (como actualmente en nuestra Europa) en el crecimiento del PIB y se oculta el mayor o igual crecimiento de la miseria y el hambre y de las peores condiciones de vida en general y en relación con ese crecimiento del PIB (además, el PIB es una falacia para dormir bueyes humanos, es el indicador más importante para medir la actividad económica, pero es mentiroso si es utilizado para proporcionar una medición del bienestar material de las personas). Lo importante es analizar cómo se hace (normas y leyes) la distribución de la riqueza producida.
Breve resumen de lo acontecido en África en los (aproximadamente) últimos cincuenta años:
Un continuo saqueo de sus recursos naturales incrementado por la fuga de capitales, frenó su crecimiento. “Tras las décadas perdidas desde fines de los años 70, África se convirtió en una de las regiones de más rápido crecimiento del mundo a principios del siglo XXI”. Todo parecía consecuencia de la falsa “ayuda al desarrollo” pero en lugar de una transformación económica esperada se traducía en un crecimiento sin precedentes de los beneficios de las grandes empresas multinacionales y disminución del empleo, un aumento de las desigualdades, más hambre y miseria y un incremento desenfrenado de transferencias económicas y de recursos al extranjero. La fuga de capitales a un ritmo acelerado desangró al continente, pero en la propaganda solo se hablaba del aumento del PIB como sinónimo del crecimiento de África.
Algunos datos de fácil comprobación por los interesados:
Según estimativa del Grupo de Alto Nivel sobre Flujos Financieros Ilícitos de África, el continente perdía más de 50. 000 millones de dólares al año solo en facturación “denominada errónea”.
En petróleo, y solo Nigeria perdió 467.000 millones de dólares durante el periodo 1970-2018.
Durante el mismo tiempo, Angola perdió 103.000 millones de dólares. Su tasa de pobreza aumentó de 34 % a 52 % en la última década, ya que los pobres se duplicaron de 7,5 a 16 millones.
Entre 1970 y 2018, Costa de Marfil perdió 55.000 millones de dólares por la fuga de capitales. Este país Cultiva 40 % del cacao del mundo y solo obtiene entre 5 y 7 % de los beneficios mundiales del cacao.
Sudáfrica, un gigante minero del continente, ha perdido 329.000 millones de dólares por la fuga de capitales en las últimas cinco décadas.
Un gran aumento de las exportaciones y como consecuencia de la política cambiaria impuesta, se produce un aumento de la deuda externa y consecuentemente de los intereses.
El saqueo de los recursos, que implica la fuga de capitales, conduce inevitablemente a una crisis de la deuda externa. El FMI en contrapartida, exige austeridad a los gobiernos y la apertura de las economías africanas a los intereses de las empresas transnacionales (ETN). Se cierra el círculo.
A África se le han cortado las venas y esta hemorragia de siglos debe detenerse.
Quizás estas sean unas sucintas razones del por qué ese interés “inconcebible” e incontrolable de tantos millones de africanos por invadir la corrupta y agonizante Europa. Para ir a América, el mar se les transforma en océano.

Juan Blanco Noriega
Diciembre 2022

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